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viernes, 24 de septiembre de 2010

UN VIAJE A LA MUSICA MADE IN USA - La música de la tristeza (El Blues)

Se dice que nació tras la desolación del Delta del Missisipi. Se dice que ha nacido del “hollering”, del llamarse a alta voz de un punto a otro en los campos de algodón. Se dice que fue W. C. Handy quien lo “recogió” y lo hizo conocer más allá de los confines del profundo “sur negro”. Se dice que llegó a Chicago porque el único tren que iba desde Missisipi hasta el Norte pasaba justamente por allí.
Se dicen tantas cosas, pero, en verdad no se sabe mucho y son pocos los que tienen presente la única cosa que es necesaria tener presente: que el Blues es la música de la tristeza. “Blue” en el argot americano, en el lenguaje hablado significa “triste”. Entonces el Blues es la música de la tristeza.
 Pero ¿qué significa ser la “música de la tristeza”? ¿Qué es la tristeza? Los “bluesmen” (hombres del Blue) no lo sabían pero Santo Tomás de Aquino ya había empezado a explicárnoslo (varios años antes que ellos). La tristeza - dice Tomás de Aquino -  es el deseo de un bien ausente.
Los “bluesmen” no habrán sabido dar una definición de este tipo, pero podemos estar seguros que si alguien les hubiese contado sobre las palabras de Santo Tomás se lanzarían y, sin dudar, dirían: “Es verdad. Es en realidad así.”
En la historia de los estilos musicales que los negros de América han generado, el Blues es el primer hijo de los cantos espirituales, de la “Spiritual Music”, de aquella música nacida de la fusión de ritmos y melodías del África nativa con eso que los esclavos adaptaron -  queriéndolo o no -  del hombre blanco.
Hombre blanco a quien -  obviamente -  no amaban en absoluto, así como no soportaban -  ¡compresiblemente! -  todo aquello que el hombre blanco propinaba en ellos. Excepto una cosa: Jesús. Pobres para cantar de Jesús, porque detrás de todo lo que no habían conseguido entender, una cosa habían comprendido con claridad: aquel hombre que se decía ser el Hijo de Dios había sufrido como ellos.
Pero, esta identificación no podía barrer con aquella profunda herida del corazón que tenían sobre sí. Y entonces este Jesús debe ser encontrado de verdad o permanece sólo como un pensamiento. Y así nace, de las vísceras de una vida dolorosa, este canto, el Blues.
“I woke up this morning”, con estas palabras comienzan tantos blues: “Me desperté esta mañana” y todo aquello que tenía de más querido, aquello en lo que ponía mi esperanza, no está más. Estaba -  la compañía de una mujer, una casa, un puñado de dinero -  pero ahora ya no está más.
El Blues es este “cry”, palabra potentísima que en inglés significa llanto, pero también grito y pregunta.
Tantos han definido al Blues como la música del diablo y miles y miles de leyendas rodean a los primeros bluesmen, gente de vida devastada, muchos incluso ciegos y otros tantos  muertos a temprana edad. Música del diablo, también porque muchos blues giran alredor del sexo como si fuese éste la única cosa de la que se puede hablar.
Pero, ¿no es esto más que una reducción de la insaciable necesidad de bien que todos portamos dentro de cada uno? El diablo -  es decir la falsedad, la mentira -  se insinúa fácilmente tras los pliegues de nuestra necesidad de amor.
Esto es el Blues, simple musicalmente con sus doce golpes que son como las orillas del río de la vida que va fluyendo.
Una vida que continúa fluyendo porque sin “bien” no se vive.
Esta es la historia que el Blues nos cuenta.



Juanki
Juank_lzkno@hotmail.com

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